A medida que la gente vive una vida larga y activa, el tratamiento del dolor cobra cada vez más importancia.

Según el National Institute of Care Excellence (NICE), entre el 30 y el 38% de la población padece algún tipo de dolor crónico, que aumenta con la edad.

En todo el mundo se observan estadísticas similares, y se considera que el dolor es la razón número uno por la que la gente busca asesoramiento sanitario.

El tratamiento del dolor como campo de la asistencia sanitaria y la medicina ha evolucionado a lo largo de los años, abarcando más medicamentos, intervenciones en el estilo de vida y otras técnicas de tratamiento que nunca.

Por qué es importante el tratamiento del dolor

El dolor puede afectar considerablemente a la calidad de vida de las personas. Mientras que el dolor agudo suele significar un problema que requiere atención inmediata, el dolor persistente o crónico puede persistir durante meses o incluso años y a menudo es difícil de tratar.

Si el dolor crónico no se controla, puede provocar complicaciones de salud como inflamación crónica, hipertensión o un sistema inmunitario debilitado.

Los estudios también han relacionado el dolor físico en diversas formas con el empeoramiento de la salud mental, sobre todo si limita las actividades cotidianas y la vida social de la persona.

El impacto acumulativo del dolor en toda la sociedad conlleva una pérdida de productividad. Según un estudio estadounidense, el dolor provoca una pérdida de productividad anual de unos 61.000 millones de dólares (32.340 millones de libras).

Evaluación de los niveles de dolor

El dolor es difícil de medir y definir, ya que es muy subjetivo. Existen muchos métodos para evaluar el dolor, y estos varían globalmente, pero algunos de los más comunes incluyen:

1. Escala numérica del dolor (NPS): Probablemente la escala de dolor más utilizada. La NPS utiliza una sencilla escala numérica en la que los pacientes valoran su dolor de 0 (ausencia de dolor) a 10 (descrito normalmente como "el peor dolor imaginable").
2. Escala visual analógica (EVA): Esta evaluación visual utiliza una línea de 10 cm sobre la que el paciente marca su nivel de dolor, con un extremo definido como "sin dolor" y el otro como "el peor dolor imaginable".
3. Inventario breve del dolor: Mide la intensidad del dolor y evalúa cómo afecta el dolor al estado de ánimo, el sueño y las actividades cotidianas.

Cómo funciona el tratamiento del dolor

El tratamiento del dolor se ha vuelto más holístico, combinando múltiples tratamientos como cambios en el estilo de vida, planes de cuidados, fisioterapia, medicación, etc.

El tratamiento del dolor suele implicar la colaboración de un equipo de fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, enfermeras y otros profesionales sanitarios.

Se anima a los pacientes a controlar su dolor para fomentar su independencia, y las revisiones periódicas garantizan que el tratamiento sigue siendo eficaz y se ajusta en función de la evolución de sus necesidades.

Tipos de tratamiento del dolor

El tratamiento del dolor consiste en medicación, intervenciones en el estilo de vida y procedimientos más avanzados.

La medicación suele considerarse la primera línea de defensa contra el dolor y a menudo se combina con otras terapias.

Los analgésicos ofrecen alivio sintomático y reducen la inflamación. El paracetamol (también llamado acetaminofén) es uno de los analgésicos más baratos y de mayor disponibilidad, mientras que los AINE como el ibuprofeno se utilizan generalmente para la inflamación y el dolor musculoesquelético.

Los opiáceos como la codeína y la morfina son otra clase de analgésicos más potentes para el dolor crónico, aunque pueden crear adicción y generalmente sólo se utilizan a corto plazo.

Con menos frecuencia, los antidepresivos y los fármacos antiepilépticos como la amitriptilina se combinan con otros medicamentos para el dolor más intenso.

Cambios en el estilo de vida

Cada vez se hace más hincapié en fomentar cambios en el estilo de vida para un tratamiento holístico del dolor:

• Ejercicio, dieta y sueño: El movimiento regular puede ayudar a fortalecer los músculos, mejorar la funcionalidad de las articulaciones y aumentar el bienestar general. Además, comer alimentos nutritivos puede reducir la inflamación, y un horario regular de sueño es esencial para la recuperación y el control del dolor.
• Fisioterapia: Es un método utilizado para recuperar la movilidad mediante ejercicios y terapia manual. Los fisioterapeutas también pueden asesorar sobre la postura correcta y la ergonomía.
• Atención plena y meditación: Técnicas como las imágenes guiadas o los ejercicios de respiración profunda pueden ser fundamentales para controlar el dolor, ya que desvían la atención y reducen el estrés.
• Ergonomía: Cambios sencillos, como utilizar un cojín de apoyo o asegurarse de que las pantallas de ordenador están a la altura de los ojos, pueden evitar tensiones y dolores.

Inyecciones, estimulaciones e intervenciones quirúrgicas,

Para el dolor persistente, pueden recomendarse intervenciones más directas:

• Inyecciones de bloqueo nervioso: Consisten en inyectar anestésicos o antiinflamatorios alrededor de nervios específicos.
• Estimulación nerviosa eléctrica: La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (ENET) consiste en fijar electrodos a la piel para administrar pulsos eléctricos suaves que interrumpen las señales de dolor.
• Ablación por radiofrecuencia: Este procedimiento utiliza calor para afectar a la función nerviosa, aliviando el dolor crónico, especialmente en la zona lumbar o el cuello.
• Estimulación de la médula espinal: Un dispositivo implantado envía señales eléctricas de bajo nivel a la médula espinal, reduciendo las señales de dolor que llegan al cerebro.

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